de la teología arminiana posterior. Sin embargo, hasta el mismo día de su muerte, Arminio se sintió reformado. A diferencia de la mayoría de los arminianos posteriores, que rompieron más completamente con las categorías reformadas, él retuvo conceptos reformados esenciales. Uno de los importantes pilares teológicos que Arminio mantuvo en común con otros pensadores reformados fue su idea de la depravación humana. Sin ninguna ambigüedad, Arminio afirmó que la voluntad humana en su estado caído no es
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